viernes, 26 de abril de 2013

PARA REFLEXIONAR

El AÑO DE LA LUZ DEL ESPÍRITU El mundo perdió en este año que terminó, algo que era importante para la mente, para la personalidad y los diferentes egos, perdió un tanto por ciento de la importancia de la seguridad financiera, económica y de lugar. Cuando se derrumbaron las torres gemelas, se derrumbaron muchos poderes y se conocieron muchas debilidades humanas y se reconocieron otros poderes para hacer un intercambio divino. Estos nacieron de la necesidad de mirar y revisar cual era la verdadera seguridad para la vida de los niños, los jóvenes los adultos. Todos los seres del mundo entero, dejaron sembrar los corazones y las mentes de sus debilidades más ocultas Este es el año de la luz, del Espíritu, de la alegría. La tierra está llena de tristeza y de congoja, está llena de sufrimientos y de amarguras. Los unos se ven externamente y los otros se viven en el interior de vuestro ser. Los tiempos son difíciles, el doble de difíciles que años anteriores para la humanidad en general. La angustia y la ansiedad como poderes en el universo, se atenazan en los corazones, en los diferentes centros y chakras, en la materia, en la mente, y crean laberintos oscuros de problemas que van desde los psíquico a la locura, a la ansiedad, la tristeza, la depresión, el desconsuelo, la tribulación. Por eso es importante recogerse en el Espíritu y decidir vivir en los pasos de cada día, sin una mística especial. La mística es la sencillez, el amor con que se lleva cada experiencia de la vida, la mística se convierte ahora en la confianza, que cada uno deposita en si mismo, la sabiduría que ayuda a despertar con esa confianza, el amor que coloca en lo que hace, en lo que entrega, las manos solicitas que abre, tanto para dar y con el corazón abierto para recibir la sencillez, la sencillez. No le neguéis al espíritu la vida sencilla y cómoda que quiere llevar. Si revisamos y miramos toda la historia de la humanidad, encontramos que no hay un solo ser, uno solo, que haya logrado manifestar que vive integralmente, en paz, en armonía, en luz, sin mencionar la palabra confianza, la palabra Dios o poder supremo u otra manifestación, pero siempre superior. Este año de luz del Espíritu y alegría, necesita de toda vuestra confianza, esa confianza es vuestra seguridad mental estable, emocional – estable, física – estable y económica – estable. Confianza, mucha confianza, luz mucha luz. Es un año muy difícil para toda la humanidad, un año económicamente muy difícil para todos los países, un año de conflicto medio-oriental, no es un año de paz, es una año de guerra, por qué? Porque está escrito que la vida tiene ciclos y principios y cada ser en sus ciclos y en sus principios ejerce poderes de cambios y transiciones. La tierra siempre está en transición y a través de estas transiciones las mismas fuerzas de la naturaleza se sublevan ante el hombre, así como el hombre se subleva ante ella, de la madre tierra. Con las acciones, se llama a la paz y se llama a la guerra, se llama al conflicto o se llama a la benevolencia. Hay quien tiene conflictos, problemas para solucionar, pero nadie a dicho que no se puedan desarrollar y llegar a un bien común a través de la fuerza que ejerce la armonía. Todas las presiones del alma, del corazón, de la emoción, de los sentimientos, se tienen que acompañar de la luz de la armonía, para evitar los cataclismos y los daños psíquicos interiores y exteriores que afecten a otros. La armonía es un don, es un regalo, es un dharma en el universo y siempre está presente. No tiene sino que abrir el corazón, llamadla y aún con llanto en tus ojos, presión en tu sistema nervioso, ella llegará a ti. Ella puede inundar en vosotros las luz intensa de su poder. Puede transformar el pensamiento más fuerte y dañino y puede darte el regalo precioso, preciosísimo y divino de la paz. Hoy llamamos, a los hijos todos de la luz, columnas de armonía, de sencillez, alegría y amor, pues la tierra necesita que se siembren estas columnas, para poder vibrar distinto a como ejercen las corrientes vibratorias negativas que están en todo lado, en todo momento y en todo lugar. Lo importante es que cada uno de vosotros entienda que es lo que tiene de diferente. En que es que cree y por qué es necesario crearse a si mismo un nuevo modelo de vida y de luz que sean inspirados por el amor, que sean fuentes de armonía y de paz donde la sabiduría se llame constantemente en el Espíritu Santo, a vivir a convivir en vuestro lecho, en vuestros sueños, en vuestro despertar, en vuestra mesa, en vuestro compartir, en vuestras diversiones, trabajo estudio, necesidades, riquezas, pobrezas y algo muy importante no debéis creer ni en la pobreza ni en la necesidad, ni en la escasez, ni en la muerte, pues pertenecen al año pasado. Verdad? La pobreza y las dimensiones de la humanidad de la tristeza y de la aflicción son como la perdida de la conciencia universal que se desgajo un día en el mismo universo, y que la humanidad las ha aceptado como una carga en donde puede ver la justicia divina. Hoy miramos la justicia divina desde otro punto de vista, más amplio pero dimensionado en una fuente de luz, de sabiduría universal . Creemos que la justicia divina es contar y tener todo aquello que sea necesario para que el Espíritu pueda vivir y sentirse en la materia con sanidad, con luz, con armonía, con paz y también prosperidad. Si el Espíritu se siente en la materia, la evolución entonces de la tierra, necesariamente tendrá que cambiar y la tierra podrá contar con leyes no más justas sino verdaderamente justas y precisas, a las cuales el ser podrá llamar e invocar en medio de la dimensión que registra su alma, que se conjunta en su cuerpo y en su mente. Quien cree y confía en la verdad dice y expresa la verdad. Quien cree y confía en el amor, vive y expresa el amor. Quien cree y confía en la luz, habla con luz, trata de sentir con luz y de entender con luz la vida. Este es el año entonces de la alegría, de la luz del espíritu y de la prosperidad. Cristox Solar

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